UNA HISTORIA...
Que espero les guste¡¡¡
No sé en que minuto de la vida me trasforme en esas minas que huyen antes del amanecer de la casa de los tipos con los que han tenido sexo.
No tengo muy claro porque ni cuando pasó. Pero pasó y la verdad es que cada vez me he ido poniendo más radical al respecto. No soporto despertarme en la casa de un hombre. O más que no soportarlo, le huyo. Por razones prácticas y sicológicas. Las prácticas son que eso de andar con cara de culo caminando por la propiedad extraña y con la ropa arrugada de la noche anterior, no me va. No es que sea del tipo de mina que necesita el secador de pelo, mucho maquillaje y eso, ni tampoco mi cama, mi dormitorio o mi baño.
He intentado pensar en más razones prácticas que me impidan alojar fuera de casa, pero no se me viene ninguna más. Las razones de mi partida temprana están por sobre todo en mi cabeza.
Luego de sexo, dormir un rato y a veces tener más sexo y volver a dormir, jamás pierdo la conciencia hasta el punto de abrir un ojo a las doce del día. Cuando comienza amanecer, mi swith se activa y planifico la huida. La que más me gusta es la silenciosa, ruego para que no se despierte y recojo sin hacer mucho ruido mi ropa por ahí dispersa.. Me visto a medias, casi siempre me voy sin los sostenes puestos. Cuando pasa que el se despierta y pregunta porque me voy o insiste que me quede, ahí digo que me tengo que ir, y en caso de insistir, miento. Odio las casas con candados en la reja o deptos. sin salida
autónoma, es decir las que no tienen el exit despejado.
Una vez en la calle sin sostenes y algo agotada, me empiezo a sentir mejor, fumo y recuerdo la noche anterior y me vienen de golpe imágenes de lo que hice o fui capaz de hacer.
Llego a mi casa y al llegar pruebo algo del refrigerador y tomo directamente de la botella un trago gigante de coca-cola, desconecto los teléfonos y me acuesto en mi cama adorada para dormir hasta tarde.
Pero no he llegado al punto,
¿Porque no duermo en la casa de un hombre, luego de tener sexo?
No sé si lo tengo muy claro, la verdad no lo tengo ni mierda de claro, pero siento una mezcla de asfixia, de compromiso, de obligación, de pudor, y de torpeza. Desde el momento que uno tiene sexo con alguien una noche y amanece, siento que el ciclo está cerrado. En el día es todo más confuso, no está la línea clara de cuando hay que irse o de cuando el otro quiere que te vayas, una esta sobria, lúcida y hay que hablar. Me gusta que todo termine al amanecer.
Así, me siento más segura.
miércoles, agosto 02, 2006
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